En HPLC, hay accesorios que pueden parecer secundarios, pero que juegan un papel clave en la estabilidad del sistema y la duración de la columna. Nos referimos a los filtros en línea, filtros previos y precolumnas..
¿Por qué usarlos si no vienen con el equipo?
Aunque no siempre forman parte del sistema estándar, estos elementos previenen gran parte de los problemas derivados del uso de fases móviles complejas o muestras poco limpias. Su función principal es actuar como barrera: capturan partículas, residuos o contaminantes antes de que lleguen a la columna analítica.
- Filtros en línea
Se pueden instalar antes de la columna, a la salida de la cabeza de la bomba como también en la salida de la válvula de inyección del automuestreador, estos filtros protegen el lecho de partículas no deseadas. No sustituyen a la filtración de la muestra (que siempre debe hacerse con filtros de jeringa de 0,45 µm o 0,2 µm), pero sí ofrecen una segunda línea de defensa que ayuda a mantener la presión estable y prolonga la vida útil del sistema.
Un detalle importante: el tamaño de poro del filtro en línea debe ser más pequeño que el de la frita de entrada de la columna. Por ejemplo, si tu columna tiene partículas de 5 µm y su frita es de 2 µm, el filtro en línea debería ser de 1 a 0,5 µm.
¿Notas que la presión del sistema empieza a subir? Es posible que el filtro en línea esté saturado. Revísalo y cámbialo si es necesario.
- Precolumnas: una inversión inteligente
Actúan como un “fusible” en el sistema: están diseñadas para retener compuestos que podrían adherirse irreversiblemente a la columna analítica, protegiéndola de contaminaciones permanentes. Por eso, es importante que tengan una fase estacionaria igual o muy similar a la columna principal.
Su vida útil depende de muchos factores: la composición de la fase móvil, el volumen inyectado, la pureza de las muestras, el pH… A medida que se contaminan o se obstruyen, notarás un aumento de la presión y alteraciones en los picos, como ensanchamiento o división.